Imagen del suceso minutos más tarde. Bajo las rocas, se encuentran varios coches sepultados. |
En la tarde – noche del pasado jueves 1 de diciembre, en la zona
llamada Tosca Barrios, en Santa Úrsula, se produjo un peligrosísimo derrumbe
que no ocasionó, afortunadamente, ningún daño personal, pero que produjo
importantes daños materiales y el aislamiento de los vecinos y vecinas de esta
zona periférica, que a fecha de hoy sábado, día 3 de diciembre, continuaban en
la misma situación que cuando se produjo el suceso. A las dos de la tarde de
hoy, volvía a reabrirse el acceso al barrio.
Probablemente, para quienes no vivan en la
zona, se tratará de un hecho desafortunado y puntual, pero, quienes forman o,
como yo, hemos formado parte de esa comunidad vecinal, el derrumbe no ha sido
más que la crónica de una muerte anunciada. Una pared, de la que pendía una
palmera, que iba cediendo por el paso y las inclemencias del tiempo.
Cierto es que, como dice nuestro Grupo de Gobierno, la zona tiene un segundo acceso, por un barranco que comunica la
Tosca Barrios, con la calle Tosca de Ana María. Dicho acceso lleva décadas y
décadas sin ser acondicionado. Se trata de una pista estrecha que solo puede ser
ocupada por un vehículo; un camino en pésimas condiciones, muy húmedo que
provoca que los coches pequeños se deslicen, pudiendo provocar un accidente. Una
pista que nadie usa. Ni siquiera las y los políticos, que no se han atrevido a
atravesarla en estos días para reunirse con el vecindario y conocer de primera
mano en qué condiciones se encuentran, e informarles de cuáles van a ser las
medidas que van a llevarse a cabo. En el barrio hay personas dependientes,
familias con menores y trabajadores y trabajadoras que han tenido que cruzar una
zona peligrosa para poder cumplir sus responsabilidades, o bien quedarse aisladas,
sin los suministros de pan ni de gas, de que disponen habitualmente, o peor aún, sin posibilidad de acceso a la zona de un transporte sanitario urgente.
Una situación como la ocurrida, hubiese
requerido que se llevaran a cabo labores intensivas de trabajo, para retirar
los escombros, provocar un derrumbe controlado si fuese necesario y devolver la
normalidad al barrio. No obstante, se ha llevado a cabo un trabajo a media
jornada. Sin ir más lejos, ayer viernes, los operarios terminaban su labor
a las dos de la tarde, retomándolo nuevamente
hoy por la mañana. Un trabajo que se ha dilatado en el tiempo, porque,
desafortunadamente, la Tosca Barrios nunca ha sido una prioridad. Ni para este gobierno
ni para los anteriores.
Señoras y señores políticos: este barrio no
es una zona a la que acudir cada julio para ir a una procesión. Aquí viven
personas que se han visto expuestas a perder la vida el pasado jueves por no
haber existido el más mínimo interés en ellas. Solo espero que la seguridad de
los barrios periféricos de este pueblo se vea reforzada a raíz de este suceso.
Estado en el que quedó uno de los vehículos sepultados. |
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